Wednesday, October 31, 2007

Tantos

Sobre la Tierra han latido ya tantos corazones...

Monday, October 29, 2007

Un hombrecillo blanco

Tuvimos que llevar a mi padre a un hospital para que le operasen. Como el hospital estaba a doscientos kilómetros, hubo que dejar a mi hijo de ocho años con una cuidadora. Antes de viajar preparé a mi hijo para lo peor:

-Es una operación muy delicada. No sé si tu abuelo la superará.

Y él:

-Quieres decir que puede morirse.

-Podría ser. La muerte es una cosa natural. Hay que aceptarlo así. Podemos intentar retrasarla, pero nada más. Es como tu muñeco de nieve –dije, señalando al hombrecillo blanco que el día anterior él había hecho en el jardín-. Cuando le dé el sol, se derretirá.

Dos semanas después regresamos, con mi padre restablecido. En cuanto saludé a mi hijo, la cuidadora me abordó:

-El niño se ha portado bien, pero no pude quitarle de la cabeza la idea del frigorífico.

Entonces observé que alrededor del frigorífico había un montón de botellas, latas y envases. Mi hijo los había sacado del aparato.

Al igual que vosotros, antes de abrir el frigorífico ya imaginé lo que había dentro.


(De "Miedo a no volar", por I. Saiz de Marco. Extraído de la página de Editorial Acumán: publicacionesacuman.unlugar.com)

Muéstrame

Muéstrame la inexistencia.
Llévame dulcemente
de tu mano
a la nada.

Wednesday, October 17, 2007

Sólo cansa

El dolor, a estas alturas, cansa. Sólo cansa.

Monday, October 15, 2007

El punto de partida

El punto de partida de un poema es algo que viene de lo más hondo, como el epicentro de un pequeño terremoto, como una ola que sube a la superficie llevando consigo cosas que ya habían sedimentado, que ya habían sido asimiladas por la sensibilidad y la consciencia, que ya no se hacían notar.

Equis

Einstein nos dice en su exposición
templando sus alas frente a la chimenea
con su fe inflamada la triste conclusión de que x
debe ser igual a más de lo que nunca sabremos.

Tuesday, October 09, 2007

Dioses

¿Qué rostro tienen esos dioses que se esconden siempre detrás de una catástrofe?

Quienes lo han perdido todo, en los instantes trágicos que siguen a su desgracia, siguen llamándolos, invocándolos, pidiéndoles una ayuda que sólo parecen estar dispuestos a ofrecer después de la muerte.

Los imagino como a las águilas, que vuelan majestuosas por encima de nosotros, pero que se tornan torpes, casi grotescas, al abandonar la etérea superficie de los cielos para posarse en la tierra: entonces sus alas no sirven, y sus pasos parecen aturdidos.

El mundo de los inmortales, como el de las águilas, está lejos de nosotros. Todos los dioses se sienten incómodos en la tierra que habitamos y sólo se posan en ella para reclamar nuestras promesas o nuestras deudas incumplidas.

Por eso, mientras estemos vivos, estaremos solos.

Y el otro

Hay poca relación entre nuestro yo verdadero y el otro, por la homonimia y el cuerpo común en ambos.

Ya

Ya somos el pasado que seremos.