Wednesday, November 15, 2006

Domestícame

Fue entonces cuando apareció el zorro:

-Buen día -dijo el zorro.

-Buen día –respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta pero no vio a nadie.

-Estoy aquí –dijo la voz–, bajo el manzano...

-¿Quién eres? –dijo el principito. –Eres muy hermoso...

-Soy un zorro –dijo el zorro.

-Ven a jugar conmigo –le propuso el principito. –Estoy tan triste...

-No puedo jugar contigo –dijo el zorro. –No estoy domesticado.

-Ah, perdón –dijo el principito.

Pero, después de reflexionar, agregó:

-¿Qué significa "domesticar"?

-Es algo demasiado olvidado –dijo el zorro. –Significa "crear lazos...".

-¿Crear lazos?

-Claro –dijo el zorro. –Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Y yo seré para ti único en el mundo... Mi vida es monótona. Yo cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen, y todos los hombres se parecen. Me aburro, por eso, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida resultará como iluminada. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los demás. Los otros pasos me hacen volver bajo tierra. Los tuyos me llamarán fuera de la madriguera, como una música. Y además, mira: ¿Ves, allá lejos, los campos de trigo? Yo no como pan. El trigo para mí es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. Y eso es triste. Pero tú tienes cabellos color de oro. Entonces, cuando me hayas domesticado será maravilloso. El trigo, que es dorado, me hará recordarte. Y me agradará el ruido del viento en el trigo...

-¿Qué hay que hacer? –dijo el principito.

-Hay que ser muy paciente –respondió el zorro. –Te sentarás al principio más bien lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo y no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...

Al día siguiente el principito regresó.

-Hubiese sido mejor regresar a la misma hora –dijo el zorro. –Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré; descubriré el precio de la felicidad. Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón...

Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se aproximó la hora de la partida:

-Ah -dijo el zorro... -Voy a llorar.

-Es culpa tuya –dijo el principito-, yo no te deseaba ningún mal pero quisiste que te domesticara.

-Claro –dijo el zorro.

-¡Pero vas a llorar! –dijo el principito.

-Claro –dijo el zorro.

-Entonces no ganas nada.

-Sí gano –dijo el zorro–, a causa del color del trigo.

2 comments:

la Manzana de la discordia said...

faltaba la frase del millon de dolares; lo esencial es invisible a los ojos. como amo al principito. gracias x hacerme recordar esa partecita.

Anonymous said...

dE aNTOINE DE sAINT eXUPÉRY: "lE pETIT pRINCE" (eL pRINCIPITO).