Tuesday, January 15, 2008

Tu perro se muere

lo atropella una furgoneta.
lo encuentras a la orilla de la carretera y lo entierras.
te sientes mal.
te sientes mal por ti mismo, pero te sientes peor por tu hija porque era su mascota y lo quería mucho.
solía canturrearle y lo dejaba dormir en su cama.
escribes un poema sobre ello.
lo titulas un poema para tu hija y trata del perro al que atropella una furgoneta, de cómo te ocupaste de él, lo llevaste al bosque y lo enterraste hondo, muy hondo.
y el poema sale tan bien que casi te alegras de que hayan atropellado al pobre perro.
si no, no habrías escrito nunca ese poema.
entonces te sientas a escribir un poema sobre la escritura de un poema que trata de la muerte de ese perro.
pero mientras escribes oyes a una mujer gritar tu nombre, tu nombre de pila, ambas sílabas, y tu corazón se para.
dejas pasar un rato y vuelves a escribir.
ella grita de nuevo.
te preguntas cómo va a acabar esto.

1 comment:

indecible said...

pOR rAYMOND cARVER