Monday, July 07, 2008

Sin consideración ni piedad ni vergüenza
alzaron muros a mi alrededor: gruesos y altos.
Y ahora me encuentro aquí, tan desesperado.
No puedo pensar en otra cosa: esta suerte roe mi cerebro...
Y es que ¡ tenía tanto que hacer ahí fuera !
¿Cómo pude no darme cuenta cuando alzaban los muros?
Pero nunca oí a los constructores. Ni un ruido.
Desde fuera imperceptiblemente me encerraron.

3 comments:

indecible said...

pOR kONSTANTINOS kAVAFIS

Yahuan said...

es sorprendentemente sorprendente cómo lo que un día parece tan lejano como imposible hoy me parece identificable.

indecible said...

Sorprendentemente sorprendente, sí. Y no es una redundancia.