Friday, December 07, 2007

Suceso

Cielo, tierra, amanecer,
ocho y cuarto de la mañana.
Calma y silencio
en las amarillas hierbas de la sabana.
A lo lejos un ébano
de hojas siempre verdes
y extensas raíces.

De pronto una alteración de esa quietud.
Dos seres con ganas de vivir rompen a correr.
Una gacela en una repentina huida
y detrás una leona jadeante y hambrienta.
Por un momento sus posibilidades son idénticas.
La que huye tiene incluso cierta ventaja.
Y si no fuera por esa raíz
que sale del suelo,
por ese tropezón
de una de las cuatro patas,
por ese cuarto de segundo
de alterado ritmo
que aprovecha la leona
con un largo salto...

A la pregunta de quién es el culpable,
nada, sólo silencio.
Un cielo inocente.
Una inocente tierra nutridora.
Un inocente tiempo fugitivo.
Una inocente gacela.
Una inocente leona.
Un inocente ébano.
Y un observador que mira con unos prismáticos,
inocente hombre
en este caso.

2 comments:

indecible said...

pOR wISLAWA sZYMBORSKA

Gemma said...

La vida.